Las puertas automáticas tipo guillotina se abren verticalmente y se suspenden bajo el techo, optimizando el espacio en entornos como garajes urbanos o industriales. Están construidas con materiales duraderos como acero o aluminio y pueden incluir aislamiento térmico. Equipadas con sensores de seguridad, estas puertas detienen su movimiento si detectan obstáculos. Su operación es sencilla mediante controles remotos, y requieren instalación y mantenimiento profesionales para un rendimiento óptimo.